22 de agosto de 2010

Guerra de Melilla, 1909. Cuando los pobres van a morir por los ricos.

Los pobres chavales del camión van a la guerra porque su familia no ha podido
pagar las 1.500 pesetas que cuesta la "cuota" para librarse del ejército, huelga decir que los hijos de los ricos no tienen que arriesgar su vida "por España".


El 12 de julio de 1909 el periódico "La Correspondencia de España" publicaba un artículo titulado "La trompa bélica suena" referido a la guerra que acababa de empezar en Melilla y decía lo siguiente:

"Morirán unos cuantos soldados, ascenderán otros cuantos, enseñaremos una vez más nuestro desbarajuste, nos pondremos por centésima vez en ridículo llamando al tiroteo escaramuza; a la escaramuza, acción de guerra; al encuentro de avanzadas, combate; al combate, batalla campal; enviaremos más generales que coroneles, más jefes que oficiales, más oficiales que soldados, más promesas que realidades, y por todo sacar, sacaremos una cosa: sangre al pueblo y dinero al contribuyente [...] Yo digo que ir a Marruecos es la revolución, y al decirlo sirvo a la Patria y al Rey mucho mejor que haciendo creer al Rey y a la Patria que el ir a Marruecos conviene a la nación y a la monarquía."



Este artículo periodístico nos cuenta las cosas tal y como ocurrieron, pero con el mérito de hacerlo antes de que sucedan. No fue un ejercicio adivinatorio, fue un ejercicio de realidad.

Ya desde 1907 la Compañía Española de Minas del Rif, de capital español y francés explotaba el hierro de esa zona cercana a Melilla. La vía férrea que llevaba el mineral a esta ciudad fue atacada por la guerrilla el 9 de julio de 1909, provocando que el general Marina, ordenara la ocupación del cercano monte Gurugú y el bombardeo de la desembocadura del río Kert.




El 28 de julio de 1909 los rifeños derrotaron al ejército español en el Barranco del Lobo, muriendo varios cientos de soldados, la mayoría de Barcelona, incluyendo al general Pintos que estaba al mando.

La contundente derrota provocó una oleada de protestas que culminó entre los meses de julio y agosto con los sucesos de la llamada Semana Trágica de Barcelona y que terminaría provocando la caída del gobierno presidido por Antonio Maura el 21 de octubre de 1909.