Su nombre era Isabel Petrovna; desde 1741 fue la Emperatriz de Rusia. Sería la última descendiente por línea masculina de la dinastía Romanov, la definen como autoritaria, supersticiosa y lujuriosa. Cuando murió en 1762 en su guardarropa tenía más de 15.000 vestidos. Era frecuente que en una sola noche se llegara a cambiar hasta tres veces de vestido.