Así se llamó el río Guadalquivir en época romana, por aquel entonces desembocaba a la altura de Lebrija. Es casi seguro que fuera el río Tarteso de época prerromana mencionado por Estrabón y Avieno. Era navegable por grandes embarcaciones hasta más allá de Hispalis (Sevilla), mientras que las de menor tamaño podían llegar hasta Ilipa, que servía como puerto en el que se trasvasaban las mercancías desde estas naves a barcazas, capaces de remontar su curso hasta Córdoba, la capital de la provincia. Más arriba, sólo pequeños botes servían para el transporte de mercancías estando la margen derecha jalonada por embarcaderos en los que se recogían los minerales de Sierra Morena. Según Estrabón, Betis, es también el nombre de una ciudad de localización desconocida fundada por los soldados de César.
15 de octubre de 2010
Río Betis.
Así se llamó el río Guadalquivir en época romana, por aquel entonces desembocaba a la altura de Lebrija. Es casi seguro que fuera el río Tarteso de época prerromana mencionado por Estrabón y Avieno. Era navegable por grandes embarcaciones hasta más allá de Hispalis (Sevilla), mientras que las de menor tamaño podían llegar hasta Ilipa, que servía como puerto en el que se trasvasaban las mercancías desde estas naves a barcazas, capaces de remontar su curso hasta Córdoba, la capital de la provincia. Más arriba, sólo pequeños botes servían para el transporte de mercancías estando la margen derecha jalonada por embarcaderos en los que se recogían los minerales de Sierra Morena. Según Estrabón, Betis, es también el nombre de una ciudad de localización desconocida fundada por los soldados de César.