El nombre se debe al arquitecto parisino François Mansart (1598-1666), quien, en realidad, no inventó este elemento arquitectónico, pues éste lo tomó de obras anteriores italianas. En Francia lo popularizó su sobrinieto, Jules Hardouin Mansart, que lo puso de moda al utilizarlo en el Palacio de Versalles.
La mansarda fue inventada a mediados del siglo XVII, por el arquitecto francés Le Vau. Tiene como misión abrir el desván al exterior disponiendo una ventana vertical en alguno de los faldones de la cubierta.