Fue inicialmente una prenda de abrigo, a partir del siglo XVII se convierte en una pieza ornamental como sustituta de los encajes y en el siglo XVIII empezarán a utilizarse por las clases adineradas.
La mantilla tendría gran difusión durante el reinado de Isabel II, pues la usaba frecuentemente en los actos sociales, convirtiéndose entre las damas de la corte en un signo de distinción y elegancia.
Amadeo de Saboya
Durante el reinado de Amadeo de Saboya se produjo la llamada "Conspiración de las mantillas" que consistía en el ostentoso uso que hacían las mujeres de esta prenda en oposición a las nuevas costumbres que trataba de imponer el monarca italiano.