El 28 de julio de 1942 Iosif Stalin emitió la Orden #227 en el ejercicio de su cargo como Comisario de Defensa del Pueblo. Se la conoce como "Ni un paso atrás" pues así comenzaba.
Ningún comandante tenía derecho a retirarse del campo de batalla sin una orden superior.
Los soldados acusados de indisciplina o derrotismo serían enviados a las secciones más peligrosas de las líneas de frente (eran los conocidos batallones penales). También se crearon los "destacamentos de bloqueo" para vigilar que las tropas del frente no retrocedieran y, en caso de que lo hiciesen, disparar a los "cobardes".
Unos 1.000 soldados serían fusilados por los descamentos de bloqueo y unos 130.000 pasaron por los batallones penales. Los destamentos de bloqueo serían eliminados a los pocos meses,
pues muchos comandantes veían el destinar tropas a unidades de bloqueo
como un derroche de recursos.
Sin duda la Orden #227 tuvo una importancia capital
en lo que fue el desarrollo de la Batalla de Stalingrado.